cargado de compromiso, memoria y lucha. Rodeado de compañeras y compañeros que se sumaron a cocinar y asistir a cientos de personas que se acercaron por necesidad, expresó con firmeza: “Este gremio ha demostrado a lo largo de su historia que la solidaridad no se declama, se practica”.
La fecha no fue una más. El Día de la Independencia encontró a Camioneros y otros gremios del transporte sosteniendo ollas populares, en un contexto social atravesado por el ajuste, la precarización laboral y la pérdida de derechos. “Venimos de una semana durísima, con el cierre de Vialidad Nacional y más de 3.000 trabajadores en riesgo. Y acá estamos, no solo acompañando esa lucha, sino poniéndole el cuerpo al hambre de nuestro pueblo. Porque también es nuestra obligación estar cuando la gente sufre”, remarcó Comas.
Desde la Costa Atlántica hasta la Capital, la consigna fue clara: el pueblo tiene hambre, y los trabajadores organizados no van a mirar para otro lado. “No es libertad cuando te pisan las paritarias. No es independencia cuando te dejan sin trabajo. El gobierno habla de libertad, pero es solo para los poderosos. A nosotros nos quieren disciplinar, nos quieren callados y con miedo. Pero se equivocan. Porque mientras haya un compañero con hambre o sin laburo, ahí va a estar Camioneros”.
Damián también relató un hecho reciente que marca el compromiso del sindicato con sus afiliados: “En el Partido de La Costa diez familias quedaron sin trabajo. No las dejamos solas. Buscamos una nueva operadora, acompañamos el traspaso, y firmamos las indemnizaciones. Eso somos nosotros: los que resolvemos, los que cuidamos, los que estamos”.
Con la mirada puesta también en lo político, Comas llamó a la unidad del movimiento obrero y del peronismo. “A este modelo se le gana en la calle, pero también se le gana en las urnas. Y para eso hay que dejar las ambiciones personales, construir unidad de verdad y poner lo mejor que tenemos: nuestros compañeros y compañeras. Esta crisis se enfrenta con organización, militancia y un proyecto que vuelva a poner a la Argentina de pie”.
En Plaza Constitución no hubo fuegos artificiales ni actos protocolares. Hubo ollas, abrazos y lucha. Hubo dolor, pero también esperanza. Y ahí, entre cucharones y consignas, Damián Comas sintetizó lo que muchos sienten en silencio: “No estamos acá por costumbre. Estamos porque creemos en un país más justo. Y porque cuando el pueblo duele, es nuestra obligación salir a curarlo con solidaridad y con lucha”.