Empresarios de denigran a los Trabajadores «La lucha en Monte Grande»

En Monte Grande, la voz de Fabián Arévalo, delegado representante de la delegación, expone con crudeza una realidad que se repite en distintos rincones del país: el desprecio empresarial hacia los derechos más básicos de los trabajadores. El conflicto comenzó con el traspaso de personal desde Transporte Fundador a Flowcargo, y muy pronto quedó en evidencia que la nueva patronal no venía con intenciones limpias. «Las compañeras no tenían un vestuario, no tenían un baño», denunció Arévalo, dejando claro que los reclamos iniciales fueron por condiciones laborales elementales.

Pero la respuesta de la empresa no fue atender las necesidades, sino atacar a quienes se atrevieron a levantar la voz. «Hubo persecuciones, fueron dos compañeras y un compañero despedidos», relató el delegado. Lo más grave fue la soberbia con la que los empresarios respondieron a las gestiones sindicales: «Daban a entender que ellos podían despedir cuando quieran y tomar a quien quieran». Un mensaje que resume la impunidad con la que pretenden manejarse.

Arévalo no dudó en señalar la prepotencia de la patronal: «Este joven empresario piensa que porque es empresario puede maltratar o denigrar a la gente». Y en el Ministerio de Trabajo, frente a todos, dejó una verdad que duele pero que no se puede esconder: «La riqueza que vos te llevas es el sacrificio de los trabajadores también». Las palabras calaron hondo entre los presentes, pero la empresa siguió sin voluntad de reincorporar a los despedidos.

La presión gremial y la unidad de los compañeros en el conflicto fueron clave. Al conocerse los despidos, los trabajadores salieron a la calle en apoyo de sus pares. La lucha llegó nuevamente al Ministerio de Trabajo y, finalmente, se dictó la conciliación obligatoria, ordenando retrotraer los telegramas y permitir el ingreso de los despedidos. «Hoy los compañeros están trabajando por 15 días y después tendremos otra audiencia. Vamos a seguir como siempre en la lucha», aseguró Arévalo, sin dejar dudas sobre la continuidad de la pelea.

La nota se cierra con una frase que refleja la esencia del sindicalismo combativo: «La única lucha que se pierde es la que se abandona. Y nosotros no estamos dispuestos a abandonar ninguna lucha». Un mensaje directo a quienes creen que pueden avasallar a los trabajadores sin consecuencias: en Monte Grande y en cada rincón donde haya injusticia, habrá hombres y mujeres dispuestos a enfrentarla.

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