Desde la movilización previa al paro nacional convocado por la CGT, Fabián Arévalo, referente de la delegación Monte Grande del gremio de Camioneros, expresó con claridad su compromiso con los jubilados y con el movimiento obrero organizado. “Acompañamos a nuestro secretario general Hugo Moyano y a nuestros jubilados, que siempre los ningunearon, no solo con los salarios, también con las prestaciones médicas, la medicación”, denunció.
Arévalo habló con el corazón en la mano. Lo que se está viviendo, dijo, no es nuevo, pero sí más grave: “Mañana va a ser un día histórico, donde el movimiento obrero se puso al frente de la lucha”. Y advirtió que el paro de 24 horas es apenas el comienzo si el Gobierno persiste con las políticas de ajuste. “Va a seguir profundizándose si las medidas contra los trabajadores siguen avanzando”, señaló.
Las críticas no se limitaron al aspecto económico. También apuntó contra la represión llevada a cabo por las fuerzas de seguridad: “Es el tercer paro durante la gestión de Milei, y también se hace en rechazo a la represión que lleva adelante Patricia Bullrich contra los jubilados”. La indignación de Arévalo se hizo palpable al mencionar los excesos policiales: “Fijate la problemática que hay a nivel nacional con la inseguridad, y sin embargo se gasta tanta plata en operativos para reprimir a nuestros jubilados”.
El delegado no se guardó nada. Con voz firme, recordó que quienes hoy son reprimidos fueron quienes construyeron el país: “Fueron trabajadores, dieron la vida por la patria, y hoy los amedrentan con gases, con balas de goma”.
El relato se volvió aún más personal cuando mencionó a un compañero periodista que fue víctima de la represión y que se encuentra recuperándose: “Pasó un mal momento, estuvo muy grave”, contó, visiblemente conmovido.
Por eso, explicó Arévalo, “nuestro secretario general decidió acompañar a los jubilados, como siempre lo hizo. Siempre estuvo en la calle y en la lucha”.
En sus palabras no hay resignación, sino una promesa de resistencia. En cada frase, Arévalo reivindica una historia de lucha colectiva, de memoria obrera, y deja en claro que, mientras haya injusticia, los trabajadores seguirán en la calle.