“Queremos dejar bien en claro que el único convenio vigente y homologado en todo el país, y también en nuestra provincia, es el convenio nacional 40/89. No hay otro. Lo demás son intentos confusos que perjudican a los compañeros y compañeras”, afirmó con firmeza.
Juan explicó que se está generando una falsa idea de que existe un convenio paralelo en Santa Fe, presentado por un sindicato local, pero que no tiene reconocimiento ni por el Ministerio de Trabajo de la Nación ni por el de la provincia. Esta situación, según él, ya ha causado perjuicios concretos: contadores que comenzaron a aplicar aportes a un sindicato sin convenio y trabajadores que ven vulnerados sus derechos. “No se puede improvisar con el futuro de una familia. Hay cuestiones que no se tocan, como el respeto por la actividad y el salario digno”, sostuvo.
Desde su experiencia como chofer profesional, Juan explicó con crudeza lo que significa formar a un conductor. “No se le puede pagar la mitad del sueldo a un aprendiz y después descartarlo si no rinde. Eso no es formación, es una estafa laboral. Yo sé lo que es estar en una ruta nacional o internacional. No se puede subir a alguien a un camión sin preparación. Es una locura pensar lo contrario.” Para él, los intentos de modificar el convenio nacional no sólo carecen de legalidad, sino también de sensibilidad humana y sentido común.
Chullich remarcó que el convenio cuestionado es una copia distorsionada del original, con detalles como el fondo de cese laboral que, según expresó, atenta contra la dignidad del trabajador. “Una indemnización no es un gasto para el empresario, es el reconocimiento a una vida de trabajo. No estamos en contra de la modernización, pero hay cosas que no pueden cambiarse de raíz. Los derechos se defienden y se respetan”, explicó, recordando que el sindicalismo argentino ha pagado con persecuciones y desapariciones muchas de las conquistas que hoy se ponen en debate.
Frente a esta situación, el gremio ha tomado medidas concretas. Se presentaron impugnaciones administrativas y se ha iniciado un camino legal para desestimar el convenio paralelo. Juan resaltó que las principales cámaras del transporte, como FADEAC, FAETIL y CATAP, también lo rechazaron. “Es perjudicial para todos, no solo para los trabajadores, también para los empresarios. No se puede igualar lo que no es igual. No se puede comparar nuestra actividad con otras, como la construcción. Nosotros conocemos nuestra realidad, y no vamos a aceptar que nos vengan a decir desde afuera cómo debemos conducir nuestro gremio.”
A pesar de las dificultades, el sindicato de Camioneros en Santa Fe no ha dejado de crecer. Hoy cuenta con más de 9.000 afiliados, y ofrece atención y servicios desde su sede central en Rosario, en calle 9 de Julio 679, y también desde la sede de la obra social nacional de camioneros en Oroño 1085. “Atendemos a todos los compañeros, sin discriminación. Acompañamos a los que tienen hijos con discapacidad, a los que atraviesan momentos difíciles. Esa sensibilidad no se improvisa, viene con la historia de nuestro gremio.”
Para Juan, hablar con la verdad es un principio innegociable. “Cuando uno se sienta frente a un micrófono tiene que decir la verdad. Yo puedo gustar o no gustar, pero siempre voy a hablar con la verdad. En Santa Fe no solo hicimos historia fundando un sindicato nuevo. Lamentablemente también hemos vivido hechos de violencia impensables, como el asesinato de un trabajador en una asamblea. Por eso digo: hay que manejarse con respeto. Y sobre todo, hay que defender la libertad de los trabajadores para elegir a sus dirigentes y a qué gremio quieren pertenecer.”
Con una mirada firme, pero cargada de compromiso, Juan Chullich dejó en claro que en Santa Fe el camino de los camioneros está marcado por la verdad, la historia y la lucha colectiva. “A nosotros no nos regalaron nada. Lo que tenemos lo conseguimos con esfuerzo. Y lo vamos a seguir defendiendo, como siempre, con la frente en alto.”
