Julio Candia: “Hoy le estamos haciendo esta bienvenida al campeón”

Cuando Kevin Ramírez regresó al país tras consagrarse en Arabia Saudita, no fue recibido por una multitud al azar, sino por rostros conocidos: compañeros de trabajo, delegados sindicales, y un hombre que sabía que ese momento tenía un peso extra. Julio Candia, delegado de la base Gavilán, tomó el micrófono y habló no solo como dirigente gremial, sino como alguien que siente cada logro como propio.

“Gracias a Dios lo estamos acompañando desde el primer momento en que lo pudimos hacer ingresar —dijo Candia, voz firme—. Él ya ha contado más o menos su historia varias veces. La primera vez que doy la nota, yo –como delegado del compañero– siempre dije que es el momento de cada compañero, porque me parece que cuando uno acompaña es importante que cada uno tenga su momento. Y bueno, hoy le estamos haciendo esta bienvenida al campeón”.

En sus palabras se escuchaba algo más que palabras: una emoción contenida, un orgullo compartido. “Que nos está dejando bien representados —continuó— como argentino, como trabajador, y el orgullo que es de ser camionero”. Esa identificación no es simbólica: para muchos en Gavilán, Kevin no es un atleta lejano, sino uno de los suyos, alguien que nació entre ellos, fue apoyado desde abajo, y ahora lleva el nombre de su base y su clase obrera a lo más alto.

Julio Candia no es solo un delegado formal: es cabeza visible de un grupo que, según él, “lleva ya tres gestiones consecutivas acá en Gavilán, turno tarde, barrido”, con “compañeros que siguen acompañando”. Cuenta que las decisiones salen del consenso: “Yo como cabeza del grupo tengo las ideas y los… hablamos con los compañeros y lo llevamos a cabo. Pero siempre desde la humildad, desde acompañar a cada compañero que nos toca”. Porque sabe que en la rutina diaria de su labor sindical –repartir responsabilidades, atender reclamos, enfrentar las vicisitudes de un país complejo– cada trabajador carga “su problemita, sus quilombos”.

Ese contexto no es menor: “Estamos en un momento muy difícil ,reconoció por el gobierno que nos toca, por la sociedad, y tratamos de ayudarnos desde el lugar que nos toca”. Sentía la necesidad de ponerse en medio de esa realidad para recordar que no están solos; que el vínculo entre compañeros trasciende la jornada de trabajo.

Una parte clave del discurso fue el agradecimiento: a Hugo Moyano, a Pablo Moyano, y también al compañero Aparicio, “que sé que está pasando por un momento difícil”. Esa mención se convirtió en un gesto colectivo: demostrar que apoyar públicamente a un dirigente, en tiempos difíciles, es parte de la militancia no solo gremial, sino humana. También evocó a su referente local, Leo Vera, “que gracias a su conducción hemos logrado un montón de cosas para los compañeros, para la comodidad, para acompañar siempre que se necesita”.

Y antes de cerrar, Candia puso el acento más político: “El domingo seamos inteligentes a la hora de votar”. Expresó su convicción de que la embestida de este gobierno apunta a restar derechos costosos de conseguir. “Tenemos que ser inteligentes, tenemos que acompañar a nuestro dirigente y saber de qué lado estamos —dijo—. Siempre al lado del trabajador, del compañero. Y si algo no ha enseñado la conducción es que la unión no hace la fuerza, y entre todos se puede”.

Ese saludo al campeón no fue solo una bienvenida a un triunfador: fue un acto de memoria colectiva, una reafirmación de que, para muchos trabajadores, el triunfo individual arrastra consigo responsabilidades de comunidad. Kevin Ramírez regresaba con un cinturón, pero también con la carga simbólica de representar a un grupo que hace del acompañamiento una forma de vida sindical.

facebook
Twitter
Social media & sharing icons powered by UltimatelySocial