Marcelo Aparicio, Secretario gremial de Camioneros, fue parte activa de la movilización al Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado. En esta nota, su voz refleja el sentir de miles de trabajadores que no bajan los brazos ante un gobierno que —según denuncian— ataca sin piedad al pueblo trabajador.
Marcelo habla con el corazón en la mano y los pies en la calle. Lo suyo no es discurso armado ni frase hecha: es el grito crudo de una clase trabajadora que, frente a cada ajuste, responde con organización y presencia. “Estamos marchando acá acompañando al Consejo Directivo de la CATT ante los reclamos de todas las necesidades que vienen pasando todos los compañeros”, dice, con el eco de una columna que avanza al ritmo del tambor.
Para Aparicio, esta no es una jornada más. Es, como él mismo la define, “un día más de lucha, un día más de marcha en el lugar donde más cómodo nos sentimos reclamando: la calle”. Porque ahí, en ese asfalto caliente de pisadas y convicción, los Camioneros se sienten en casa.

La movilización no fue solo en defensa de lo propio. También fue un acto de solidaridad con otras luchas. Aparicio lo subraya sin vueltas: “Estamos apoyando hoy a nuestros dirigentes que están representándonos dentro de la CATT para lograr los objetivos en común a beneficiar a los trabajadores. También apoyando a la educación pública, la salud pública, los jubilados. Es un todo”.
La indignación lo atraviesa cuando habla de los sectores más vulnerables. “Nos parece muy injusto lo que hacen con los jubilados, nos parece muy injusto lo que hacen con todos los profesionales de la salud, más con la niñez, dejándolos sin un cuidado”. Se le nota la bronca. Pero también el compromiso. “Los profesionales le ponen amor, y no se respeta nada. Este gobierno no respeta ningún derecho de los trabajadores. Lo único que hace es atacar al pueblo trabajador constantemente”.
Aparicio no pierde de vista la importancia de las paritarias, pero advierte que los acuerdos están lejos de reflejar la realidad cotidiana. “Las paritarias tendrían que tener un poco más de libertad porque la realidad de los precios en la calle dicen otra verdad”, denuncia, como quien ya no quiere más excusas ni postergaciones.
Pero hay algo que deja claro: no van a bajar los brazos. “Vamos a seguir insistiendo constantemente porque lo venimos haciendo continuo. Somos una organización que cada tres meses estamos discutiendo. Vamos tratando de ir equilibrando para no perder”.
En un país donde muchos eligen callar, otros prefieren resistir. Y los Camioneros, con su histórica tradición de lucha, no sólo eligen resistir: también eligen estar. Siempre. Ahí. En la calle. Porque como dice Aparicio, “bajo nuestra conducción, acompañamos constantemente”, con la convicción de que el pueblo trabajador no se entrega. Nunca.