caliente, expresó con crudeza y sensibilidad lo que hoy atraviesa el pueblo argentino: “Hoy es un día muy especial para los argentinos, pero con estas políticas, sostener la independencia va a ser cada vez más difícil. No hay soberanía con hambre ni libertad sin justicia social”.
Mientras se repartían viandas, muchas destinadas a los hijos que esperaban en casa, Omar no dudó en señalar el drama que se vive en cada barrio: “Esta política de entrega y de hambre se refleja acá, en esta plaza. Gente que viene a buscar lo que quizá sea el único plato de comida del día. Es doloroso. Nos están quitando todo: los recursos naturales, el trabajo y, sobre todo, el valor más importante que tiene una nación, que es su gente”.
Con mirada crítica pero esperanzada, Pérez habló de la profunda crisis económica y social: “El panorama es incierto. Se han tomado decisiones que van en contra del pueblo. La motosierra que celebran, la están pagando los jubilados, los trabajadores, los que menos tienen. Cada contenedor que entra por importación es una pyme que cierra. Nos estamos quedando sin producción y sin futuro”.
También se refirió al cierre de Vialidad Nacional y sus graves consecuencias: “En un país tan extenso como el nuestro, sin rutas seguras, no hay transporte, no hay conexión. Se multiplica la siniestralidad y se pone en peligro la vida de camioneros, ambulancias, familias enteras. Es una irresponsabilidad total, y nadie se hace cargo”.
Por último, hizo un llamado claro al movimiento obrero y a la militancia: “Este año es electoral. La gente votó enojada, y es comprensible. Pero tenemos que aprender de los errores. Aun estando mal, siempre se puede estar peor, y hoy lo estamos viendo. Por eso hay que dejar los egos, la soberbia, y volver a estar al lado de la gente. La política pasa, pero el pueblo queda. Y hoy, más que nunca, espera una respuesta del movimiento obrero”.
Con la humildad de quien no olvida sus raíces, Omar Pérez estuvo presente donde hace falta más que nunca: al lado del pueblo. En Plaza Constitución, con un cucharón en la mano y el corazón conmovido, dejó en claro que la verdadera independencia se defiende con solidaridad, memoria y compromiso.
