Saul Ubaldini: el ejemplo de lucha que sigue marcando el camino

A 46 años del primer paro general contra la dictadura militar, el movimiento obrero recordó al compañero Saul Ubaldini, símbolo de dignidad, coraje y compromiso con los trabajadores argentinos. Su legado sigue vivo en cada lucha que damos.

Hay nombres que no se apagan con el paso del tiempo. Hay historias que se transforman en banderas, en ejemplo, en convicción. Saul Ubaldini es, sin dudas, una de esas figuras que marcaron a fuego la historia del movimiento obrero argentino. Y a 46 años de aquel primer paro general contra la dictadura, el homenaje que se le rindió no fue solo un acto de memoria, sino una reafirmación del camino que elegimos seguir: el de la defensa inclaudicable de los derechos de los trabajadores.

En la inauguración de la muestra fotográfica «Paz, Pan, Trabajo», del archivo Hasenberg-Quaretti, compartimos un momento de profunda emoción junto al consejo directivo de la CGT y organismos de Derechos Humanos. Porque recordar a Ubaldini es recordar una época oscura, pero también una luz que nunca se apagó: la de quienes no se rindieron, incluso cuando costaba la vida levantar la voz.

Ubaldini fue más que un dirigente. Fue la cara visible de un sindicalismo con coraje, que no se escondía cuando arreciaba la represión y que salió a la calle cuando muchos aún guardaban silencio. Fue quien enarboló las banderas del pan, del trabajo y de la paz en medio del miedo y la injusticia. Fue el compañero que supo poner el cuerpo para que hoy nosotros podamos seguir poniendo la palabra, la organización y la fuerza en cada reclamo.

Para el Sindicato de Camioneros, su legado no es una postal del pasado. Es presente y es futuro. Es la guía que nos recuerda que no hay derechos sin lucha, ni justicia sin organización. Cada vez que defendemos un puesto de trabajo, cada vez que enfrentamos una injusticia, cada vez que decimos “acá estamos”, el espíritu de Ubaldini nos acompaña.

Hoy más que nunca, en un país donde se vuelve a intentar cercenar derechos y silenciar reclamos legítimos, recordar a Saul Ubaldini es un acto profundamente político. Es decir con orgullo: venimos de una historia de lucha y no vamos a retroceder.

Gracias, compañero Saul, por abrir el camino. Nosotros, los trabajadores y trabajadoras de la Argentina, lo seguiremos transitando. Con firmeza. Con dignidad. Con la certeza de que la única lucha que se pierde es la que se abandona.

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