Río Negro vivió un día que quedará grabado en la memoria de todos: el primer Torneo Provincial de Fútbol del Sindicato de Camioneros. Una jornada cargada de emociones, abrazos, colores y el sentimiento profundo de pertenecer a una gran familia que crece y se fortalece en cada encuentro.
“Los afiliados lo esperaban hace tiempo. Ya se hace en todo el país y ahora Río Negro también dice presente”, expresó el secretario general Gustavo Sol, quien fue uno de los primeros en recibir a los equipos y a las familias que desde temprano coparon las canchas. Sus palabras marcaron la importancia de este sueño que por fin se hizo realidad para los trabajadores de la provincia.
Pero este torneo fue mucho más que fútbol. Fue comunidad. Fue familia. Fue identidad.
En las canchas se respiró un clima único: hinchadas improvisadas, chicos corriendo detrás de una pelota, compañeras cebando mate, mesas de buffet atendidas por afiliados y ese espíritu solidario que caracteriza al gremio. Cada rincón transmitía ese “estar juntos”, que es la verdadera fuerza de Camioneros.
El secretario de Deportes, Víctor Díaz, lo resumió con claridad: “Están todos invitados”. Una frase que no fue solo formalidad, sino una invitación sincera a compartir, acompañar y ser parte. Porque este torneo no es exclusivo para los que juegan: es para toda la familia camionera, la que sostiene, la que acompaña, la que celebra cada paso.
Equipos de Bariloche, Viedma, Catriel y el Alto Valle dijeron presente, mostrando el compromiso y la identidad provincial del sindicato. Las canchas se llenaron de color, de voces, de fotos, de risas y de esa energía que solo se genera cuando la comunidad se encuentra para disfrutar.
Este primer torneo no solo inauguró una competencia deportiva: inauguró una tradición que llegó para quedarse. Un espacio donde el deporte abre puertas, une generaciones y reafirma el orgullo de pertenecer al gremio.
Río Negro ya tiene su torneo camionero. Y fue, sin dudas, histórico.
