Samantha Musante: la fuerza de una mujer al volante de un bitren de 75.000 kilos

En un sector históricamente dominado por hombres, cada paso que dan las mujeres representa una conquista. Samantha Musante lo sabe muy bien. Trabajadora del Sindicato de Camioneros en la rama de Aguas y Gaseosas, hoy es una de las pocas mujeres en el país que tiene a su cargo la conducción de un bitren de 75.000 kilos. Un claro ejemplo de que con formación, respaldo sindical y decisión, las mujeres pueden liderar cualquier desafío, incluso en las rutas más exigentes de la Argentina.

Samantha comenzó su camino en el transporte hace 18 años, al mando de un chasis. Durante ese tiempo, crió a sus hijos y fue forjando no sólo su experiencia al volante, sino también su determinación para crecer dentro del oficio. “Mi primer sueño fue estar arriba de un semi. Una vez que mis hijos crecieron, sentí que era el momento de avanzar”, relata con orgullo. Esa decisión la llevó a capacitarse, primero en el manejo de semis, y luego, con apoyo de la empresa y el gremio, a dar el gran salto hacia el bitren.

“El bitren es otra cosa», explica. «La maniobra, la carga, la descarga, la marcha atrás… todo es más complejo. Es una formación que requiere tiempo, práctica y mucha responsabilidad. Pero me preparé y me siento segura”. Su recorrido habitual va desde Zárate hasta el Mercado Central y la zona de Moreno, rutas que conoce como la palma de su mano, pero que muchas veces la enfrentan a desafíos cotidianos debido a la falta de espacio urbano para vehículos de esa magnitud.

Sin embargo, no todo es técnica. Hay una dimensión humana, emocional, que atraviesa su experiencia. La reacción de la gente al verla al mando de un camión de semejante tamaño suele ser de asombro y admiración. “El otro día pasé por un control de la Policía Federal debajo de un puente y me aplaudieron. Me emocioné mucho. Hoy las mentalidades están cambiando, y eso hace que una se sienta más acompañada en este ambiente tan masculinizado”.

Samantha no está sola. Aunque son pocas las mujeres al volante de bitrenes, ya no es un caso aislado. Otra compañera se sumó recientemente a la flota, manejando el semi que antes usaba ella. El clima laboral, cuenta, es positivo. Sus compañeros la alientan, la empresa la apoya y el Sindicato de Camioneros, encabezado por Hugo y Pablo Moyano, le brinda la contención que todo trabajador o trabajadora necesita. “La diferencia que hace pertenecer al sindicato se nota», afirma. «Por los bonos, por las paritarias, por el respaldo en el día a día. Una llama y hay respuesta. Y eso es clave para quienes estamos en la ruta y lejos de casa”.

Para Samantha, que pasa toda la semana arriba del camión —de domingo a sábado—, el acompañamiento de su familia también es fundamental. Aunque sus hijos y seres queridos sólo conocen al “monstruo” que maneja por fotos y videos, están orgullosos de verla cumplir sus sueños. “Es importante tener ese apoyo. No es fácil estar tantos días afuera, pero uno lo hace con pasión. Porque esto es lo que amo”.

Al preguntarle qué le diría a otras mujeres que piensan en seguir este camino, no duda: “Que se animen. Que sepan que no están solas. Que hay un gremio que las respalda, y que somos muchas las que estamos abriendo este camino para que cada vez seamos más”.

Con historias como la de Samantha, se fortalece el rol de la mujer en el transporte, y se pone en valor una lucha que va más allá del volante. Es el reconocimiento a la capacidad, al esfuerzo y al derecho de ocupar todos los espacios, incluso aquellos que durante años parecían inalcanzables. Hoy, más que nunca, las mujeres también conducen el futuro del gremio camionero.

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