En una mañana cargada de emociones en Rafael Castillo, Pablo Villalba, delegado de la empresa Martín y Martín e integrante de la delegación San Justo, fue parte de una nueva jornada de solidaridad impulsada por los trabajadores camioneros. Junto a compañeros de distintas áreas —logística, correo, recolección— Villalba destacó el espíritu de unidad y entrega que atraviesa a quienes forman parte del gremio.
«Es un día muy lindo», expresó al inicio de la jornada, mientras ayudaban a organizar la olla popular en el barrio donde él mismo creció. El gesto no es nuevo: desde hace años, la delegación lleva adelante acciones para colaborar con quienes más lo necesitan, en un contexto en el que, según remarcó, «a ningún trabajador de ninguna actividad le alcanza el mango para llegar a fin de mes».
Villalba reconoció que estas iniciativas tienen raíces profundas dentro del gremio. Citó con gratitud la inspiración y el compromiso de referentes como Hugo y Pablo Moyano, y Marcelo Parísio, quienes —afirmó— «siempre están para la gente que más necesita, ayudando con trabajo, mercadería o medicamentos». La solidaridad, remarcó, no tiene fronteras: «Esto se ve a lo largo y a lo ancho de nuestro país».
Más allá del esfuerzo organizativo, Villalba subrayó el rol de los trabajadores: muchos llegan luego de cumplir su jornada laboral, o bien arrancan el día ayudando en la olla y después se van directo a sus puestos. «Como delegado, eso me llena de orgullo», dijo con firmeza. «Donde hay una necesidad, siempre hay una bandera camionera tratando de colaborar».
El recuerdo reciente de su viaje a Bahía Blanca —cuando una catástrofe golpeó a la ciudad y los camioneros se movilizaron para donar lo que pudieron— todavía lo conmueve. «Todo lo que hacemos son donaciones de los laburantes», resaltó.
Esta vez, el operativo solidario lo llevó de nuevo a su lugar de origen. «Me toca venir a mi barrio, donde me crié», compartió con la voz entrecortada. «Es triste ver la realidad de la gente, pero también me da alegría poder estar acá ayudando. Lo digo con el corazón».
Desde La Ferrere, Catán, hasta Rafael Castillo, Villalba y sus compañeros siguen firmes con una premisa simple pero poderosa: estar donde haga falta. Ya sea con mercadería, medicamentos o un plato de ravioles, el compromiso no se negocia. «Vamos a estar al lado de la gente que realmente lo necesita», concluyó.