La solidaridad y el compromiso del Sindicato de Camioneros han dejado una huella imborrable en la comunidad de Caimancito, Jujuy. La Escuela de Configuración de Apoyo N°16, un espacio educativo destinado a niños con capacidades diferentes, finalmente cuenta con un edificio renovado gracias al esfuerzo de miles de trabajadores que, desde Buenos Aires, contribuyeron con su aporte para hacer realidad este sueño.
Karina Gareka, directora de la institución, relató con emoción el largo camino recorrido desde la creación del establecimiento en 1997 hasta la concreción de su sede definitiva. «La escuela comenzó como un proyecto impulsado por la comunidad, al detectar una gran cantidad de niños y adolescentes con discapacidad que no tenían un lugar adecuado para su educación y atención. Durante años funcionamos en espacios prestados y alquilados, hasta que finalmente, gracias al aporte del Sindicato de Camioneros, logramos tener nuestra propia casa», explicó.
La construcción y refacción del establecimiento fueron posibles gracias a la gestión de don Ramón Cortés y el respaldo del sindicato, que desde un primer momento se comprometieron con la causa. «El apoyo de los camioneros fue fundamental. No solo brindaron los recursos para la obra, sino que también, en estas vacaciones, vinieron a realizar las refacciones necesarias para que la escuela quede en condiciones para el ciclo lectivo 2024», destacó Gareka.
El trabajo incansable de los docentes, sumado al respaldo de la comunidad y la contribución del gremio camionero, permitió que este espacio hoy sea una realidad. «Ver la escuela así es un sueño cumplido, no solo para mí, sino para cada maestro y cada familia que luchó por esto. Saber que los niños y jóvenes de Caimancito tendrán un lugar digno para aprender y desarrollarse nos llena de alegría», expresó con emoción la directora.
La institución no solo brindará educación, sino también un abanico de herramientas y acompañamiento integral para los alumnos. Entre sus propuestas se incluyen educación temprana para bebés de 0 a 3 años, talleres de carpintería, educación física, huerta y técnica agropecuaria. Además, trabajará en red con el sistema de salud para detectar y atender casos de discapacidad desde la primera infancia.
Para Gareka, el apoyo recibido de los camioneros y la comunidad no tiene precio. «Saber que hubo miles de trabajadores en Buenos Aires que, sin conocernos, decidieron ayudar, es algo que nos emociona profundamente. Este es un acto de solidaridad pura, que muestra el verdadero espíritu de los camioneros y su compromiso con la sociedad», afirmó.
La Escuela de Apoyo N°16 ya está lista para abrir sus puertas y recibir a los niños y jóvenes que encontrarán en ella un espacio de crecimiento y contención. «Hoy podemos decir que esta escuela es de los niños, de sus familias y de todos los que hicieron posible este logro. Estamos profundamente agradecidos y esperamos seguir trabajando juntos para seguir creciendo», concluyó la directora.
La inauguración de la escuela marcará un antes y un después en la educación especial en Caimancito, reafirmando que cuando la solidaridad y el esfuerzo colectivo se unen, los sueños pueden hacerse realidad.
